sábado, 17 de agosto de 2013

Redams: capítulo 2

Después de ver a esa persona flotando solamente quería llegar al instituto. El instituto era enorme e impactaba viéndolo desde la entrada del mismo. Tenía un aspecto antiguo y conservador. Las puertas estaban cerradas y tuve que tocar al timbre para que el conserje fuera abrirme. Mientras que esperaba a que alguien saliera a recibirme me quede observando el cartel donde ponía el nombre del centro, era muy antiguo y parecía de la misma época en la que se empezó a dar clases en el antiguo internado. Vi salir a un hombre mayor, tendría sus 69 años, bajo y cojeaba de su pierna izquierda que utilizaba como soporte un palo de madera. Cuando te fijabas en su cara solo podías ver una gran barba que le ocultaba todos los contornos de la cara.

- ¿Qué haces tú aquí? ¿No se te ha pasado la hora de volver a clase? – dijo él con una voz de pueblerino.
- Perdone señor pero es que es mi primer día de instituto y se me ha hecho tarde – dije yo intentando convencerle.
- No es la primera vez que escucho esa escusa, no te dejare pasar – dijo él mientras se giraba dándome la espalda.
- ¡Es verdad! Es mi primer día de instituto y me he perdido para llegar aquí, he tenido que preguntar a varias personas que andaban por la calle para que me indicaran donde estaba el centro escolar Prairie Wave – dije yo engañándole un poco.
- Te voy a dejar pasar, me has caído bien pero como sigas ahí quieto sí que vas a llegar muy tarde a clase – dijo él. Se sacó un manojo de llaves y escogió una. Empezó a abrir esas grandes puertas y me indicó que entrara.
- Muchas gracias señor. No volverá a ocurrir – dije yo empezando a andar al recibidor.
- Eso espero, por tu propio bien – dijo refunfuñando.


El hombre se quedo cerrando las puertas y yo me acercaba hacia ese gran instituto sin conocer a nadie, solamente a mí. Entré al edificio y no puedo negar que me quedé perplejo al ver tal recibidor. Parecía de otra época anterior donde se podía disfrutar de música en directo mientras tomabas un vaso de whisky con los amigos. Saqué el horario de mi mochila y tenía apuntado A21 así que subí las escaleras de caracol tan alucinantes con su alfombra roja que lo decoraba. Cuando llegué al primer piso pude ver un gran cuadro con una mujer. Pensé que tendría que ser una mujer muy importante para que estuviera colgada en la pared. Tenía tanta curiosidad que me acerque a verlo. Era una mujer adulta con unos gestos faciales muy bonitos. Ojos verdes y pelo rubio ondulado. Miré la descripción del cuadro y estaba escrito “Mujer fundadora del Prairie Wave. Nielle Strigton”. Se trataba de la mismísima fundadora del centro con razón tenía ese lugar tan importante en el instituto. Llegué a la clase y toqué la puerta. Escuché como me daban paso y entré a la clase interrumpiendo una tutoría a medio empezar. Miré hacia la pizarra y estaba escrito 2°ESO A. Todos los alumnos se quedaron mirándome además del profesor. Pedí perdón y cerré la puerta. Nada más hacerlo me morí de vergüenza. Acababa de equivocarme de clase y no me imaginaba cuál sería el resultado de ese error. Tengo que deciros que no fui castigado por ese error quedé libre de una expulsión por ser el primer día. Miré el cartel de la clase y ponía A11, tenía que subir una planta más. Subí otra planta y llegué a mi clase. Observé el reloj y ya habían pasado más de 30 min desde que comenzó la clase. Solo me quedaba entrar y recibir el castigo oportuno. Abrí la puerta y saludé muy avergonzado al resto de personas. El profesor se acercó a mí con un aire relajado pero con un gesto enfadado aun así me presentó al resto de los alumnos. Recuerdo que iba caminando hacia mi pupitre y solo me podía fijar en una persona. Ella era preciosa, tenía unos ojos color miel y un pelo castaño con californianas rubias que hacían juego con sus ojos. Me tropecé contra mi mesa por estar mirándola, ella se giró y me echó una sonrisa. Cuando tocó el timbre me acerqué al profesor y me disculpé por llegar tarde. A continuación fui a la clase de matemáticas y me senté en primera fila. A mi lado se sentó Luke Shilon, por su forma de vestir pensé que era el cerebrito de clase.

- ¡Hola nuevo! ¿Cómo te llamabas? – dijo él.
- Soy Nathan Crane, encantado – dije yo.
- Igualmente. Yo soy Luke – dijo él. Como eres nuevo había pensado que podría enseñarte el instituto si quieres. Eres nuevo aquí y todo esto funciona por clases.
- Sería un placer tenerte como acompañante – dije yo para que se callara. Quería atender pero no me dejaba.
- ¿Y cuándo llegaste? ¿De dónde vienes? – insistía.
- Silencio – dije yo susurrando. Presta atención.
- Claro, sí, ya me callo – dijo.

Era la hora del recreo y Luke me guiaba por los pasillos del instituto. Salimos al patio y miré a los alrededores.
- ¿Conoces a alguien que vaya todas las mañanas a la playa Luke? – pregunté.
- Pues no se que responderte. No tengo tiempo en arreglarme el pelo por las mañanas como para ir todos los días al paseo marítimo – dijo él un poco brusco.
- No importa, gracias. Tengo que hacer unas cosas por aquí. Te dejo, nos vemos en clase – dije yo.
- Claro – dijo entusiasmado. Recuerda que es en el laboratorio de química.
- Seguro.
Empecé a recorrerme todo el patio en busca de esa persona que había visto en la playa. No tuve ningún éxito, quien sabe si era un adulto, un adolescente o un niño. Era buscar algo imposible. Vi como un grupo de chicas se estaban acercando hacia mí. Eran lideradas por mi preciosa compañera de clase. Se pararon y su líder comenzó a hablar.
- Mi nombre es Britanny, tengo 16 años. Es un placer tenerte en nuestra clase – dijo.

Me quedé observándola por un rato y le contesté con un igualmente y una sonrisa. Las demás chicas se reían.  Se giraron y se fueron aunque pude darme cuenta que a un grupo de chicos no les había gustado que hablara con Britanny. No me importaba lo que pensaran los demás ya tenía suficiente con mis problemas. Noté una ráfaga de aire alrededor mío que venía del invernadero del patio. Caminé hasta la esquina del edificio principal y a mano izquierda estaba el lugar de donde procedía la ráfaga. Cuando crucé la esquina vi de nuevo esa silueta, esa vez si pude fijarme que tenía el pelo largo, por tanto, supuse que era una chica. Tocó el timbre y lo que había visto había desaparecido junto al sonido del megáfono.

Entré al edificio secundario y el recibidor era precioso. Esta vez era clásico, viendo ese lugar podíamos viajar a la antigua Grecia. El laboratorio de química estaba en la planta baja. Cuando entré a clase Luke ya había llegado, me dirigí hasta él sentándome a su lado.

- Luke tú dices que el instituto se divide en varias clases sociales. ¿Qué grupo es el que se pone en el invernadero? – pregunté con necesidad de saber la respuesta.
- En ese lugar no hay nadie, ningún grupo se coloca en ese lugar – dijo él. ¿Por qué?
- Por nada, no te preocupes – contesté.

La clase de química había terminado, las siguientes clases eran de lengua castellana e inglés. Cuando las horas lectivas habían terminado todos los alumnos salían a bandadas del centro. El primer día no había ido tan mal después de todo. Caminaba de vuelta a casa reflexionando sobre lo que había hecho hoy. Había conocido a Luke y a Britanny, me había equivocado de clase y casi no me dejan entrar al instituto. Iba de vuelta por el paseo marítimo cuando me paré donde esta mañana había visto a esa persona levitando en el mar. Me apoyé en la barandilla para pensar en la persona que volaba en el mar y en esa persona del invernadero con el pelo largo. Noté como si alguien me estuviera tocando por detrás y no me moví. Además sentí que alguien expiraba y espiraba al lado de mi cara y yo seguía completamente fijo. Estaba tan asustado como para moverme, no sabía lo que ocurría. Solo me quedé quieto esperando a que esa sensación se acabara pero no se detenía. Decidí moverme hacia mi izquierda, hacia mi casa y eso hice. Comencé a andar aunque no recuerdo mucho más de ese momento porque empecé a sentir una fuerte ráfaga de aire que se removía alrededor mía que me levantó hacia arriba y me dejó caer al suelo bruscamente dejándome totalmente inconsciente.

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